Ni esta, ni ninguna otra convocatoria de cualquier índole tendría sentido sin los asistentes, el público, las masas, la peña.
Al principio sólo estaba este menda.
Luego se le unió este otro con una mochila llena de cómics.
De repente eran millones...
Lo del sobaquillo no es un bocata, sino el listado.
Comprando tebeos.
Arrastrando una maleta llena de cómics.
Mirando una exposición.
Tres psicópatas y, abajo, Batman.
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